Me complace hacer un recordatorio de mi peripecia para pensionarme y luego jubilarme.
Luego de buscar un profesional que resuelva mi compleja situación acudí a vuestro estudio.
Contaba con el antecedente de mi padre que luego de trabajar 40 años ininterrumpidos en la Empresa Siam Di Tella no había podido jubilarse con un haber que reflejara en los hechos su enorme esfuerzo y contribución.
Acudimos a muchos profesionales…durante unos veinte años, sin poder hallar la solución al problema (la respuesta era que no había solución por el gobierno, por ANSES y por las trabas administrativas del sistema).
Por suerte nos acercamos al estudio y mi padre a sus 80 años al fin pudo lograr su tan ansiado y merecido reajuste de haberes (año 2016).
Con este antecedente, decidí confiarle a la Dra. Marcucciello el caso de la pensión de mi esposa, trámite que nunca había logrado iniciar.
Mi fallecida esposa, María del Carmen, se encontraba trabajando en el sector salud cuando le diagnosticaron cáncer de mama (año 1996).
Al conocer esta situación, la empresa la obligó a firmar un retiro voluntario, dejándola desempleada con 57 años y 18 años de servicios con aportes.
Luego de innumerables tratamientos, idas y vueltas, el 30/10/2008, María del Carmen falleció. En ese momento que me presenté para pedir la pensión y ANSES rechazó el trámite porque ella había estado inactiva durante los últimos 12 años.
La Dra Marcucciello inició un juicio contra el organismo previsional planteando esta situación y así logré obtener mi pensión (Causa 38.275/2016).
Finalmente, luego de realizar varias proyecciones, evaluando toda mi trayectoria laboral junto al equipo de la Dra. logré jubilarme como profesor como el 82 % móvil del haber del activo, que es lo máximo que una persona que se jubila puede aspirar.
Ingeniero Ricardo.